En imágenes de una cámara de seguridad se puede ver el momento en que el pequeño cierra la puerta y el vidrio cae a pedazos. La madre asustada lo levanta y lo lleva de urgencias a un hospital donde fue asistido.
La mujer comentó que mientras estaba en el sanatorio, la dueña del local le escribió a su marido y le exigió que pague G. 2 500.000 por el daño ocasionado por el menor. La madre aún conmocionada accedió y realizó el giro del dinero.
Sin embargo, horas después, analizó la situación con más calma y ahora reclama que si la puerta hubiese sido de blindex no se habría roto. Añadió que también hay responsabilidad por parte de los propietarios del negocio.
“Mi hijo pudo haberse quedado sin un ojo, pudo haberse cortado mal. Gracias a Dios no pasó a mayores pero la responsabilidad es de la empresa. Yo me apuré en pagar del susto, le dimos todo nuestro mes”, comentó.
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