En imágenes de una cámara de seguridad se puede visualizar el momento en que se produjo el intercambio. Las dos motocicletas casi idénticas estaban estacionadas frente a una ferretería y uno de los propietarios salió del local, subió al biciclo, arrancó y llevó la moto equivocada.
Minutos después ocurre lo mismo con la otra clienta, sale del local y sube al biciclo estacionado en frente creyendo que era el suyo y se retira del sitio como si nada. Una vez en su casa, se percata por algunos detalles que no era su biciclo.
La mujer fue a realizar la denuncia en la Comisaría de la zona y allí se encontró con el plomero, quien también fue a reportar lo que le había pasado. Lo que llamó la atención a los agentes policiales es que ambas personas pudieron arrancar la motocicleta ajena utilizando su propio manojo de llaves.