El cuarto día del novenario en honor a la Virgen de Caacupé se llevó a cabo este viernes, en la explanada de la Basílica. La misa fue presidida por el monseñor Miguel Ángel Cabello.
En la homilía de esta jornada, el sacerdote primeramente se refirió a la situación de los indígenas y campesinos, que viven olvidados por el Gobierno y son pisoteados en sus derechos.
''Asimismo, contemplando bien a Cristo, me llevará necesariamente a descubrirlo en los pobres y marginados, que mucho no hace falta hoy. Por ejemplo, que pueda verlos en los indígenas pisoteados en sus derechos humanos, desalojados con violencia de sus tierras. Contemplando a Cristo, podré reconocerlo en los campesinos abandonados a su suerte, expulsados forzadamente del campo y obligados a vivir como mendigos en la ciudad’’, acotó.
Por otro lado expresó su preocupación con respecto a la violencia en los hogares y en la sociedad, destacando el maltrato de mujeres que muchas veces terminan asesinadas. Además, habló sobre el abuso y la violación.
En otra parte, pidió a las autoridades se hagan eco de los problemas en salud y educación, donde principalmente los niños son los más afectados.
Finalmente, indicó que debido a la ambición desmedida por un enriquecimiento a toda costa muchos caen en la práctica del fraude y el robo. En ese sentido, pidió la renovación a través de la oración para tomar conciencia y así devolver lo tomado.