Los años pasan, pero el dolor y el clamor de justicia luego del trágico incendio ocurrido el 1 de agosto del 2004, continúa hasta ahora. Nuevamente, a las 11:20 empezaron a sonar las sirenas, emulando el mismo sonido que irrumpió aquel trágico domingo.
Familiares y sobrevivientes fueron hasta el lugar como todos los años a rendir homenaje a las victimas de la mayor tragedia en tiempos de paz que marcó al país. Aún con lágrimas en los ojos recordaron el momento en que las puertas se cerraron.