En Itauguá, principal centro de referencia que recibe a más de mil pacientes diarios, las esperas se prolongan por horas y los familiares a menudo deben adquirir insumos externamente para no interrumpir los tratamientos, ya que no siempre se dispone de todos los medicamentos.
Pacientes de departamentos lejanos, como Piribebuy, pierden días enteros intentando ser atendidos, enfrentando la necesidad de comprar lo que el hospital no provee.
La situación se agrava en el Hospital del Cáncer de Areguá, donde la falta de equipos y medicamentos es crítica para tratamientos que requieren continuidad, sumando un desgaste psíquico y emocional en los pacientes.
El director del Hospital Nacional de Itauguá reconoce que la infraestructura es insuficiente para la demanda y que, aunque reciben los medicamentos más costosos, los enfermos deben cubrir otros gastos, poniendo su esperanza en la promesa presidencial de un nuevo hospital. Sin embargo, la población sigue esperando una mayor inversión en salud y menos sufrimiento.