El Congreso Nacional aprobó una ampliación presupuestaria de 4.280 millones de guaraníes, destinando 1.000 millones a la construcción de un obelisco de 40 metros en la entrada del Chaco, en conmemoración a los 90 años del fin de la Guerra del Chaco. La propuesta, impulsada por el senador Colym Soroka, fue presentada como un símbolo de identidad para la región occidental.
El monumento incluirá esculturas de figuras históricas y será erigido como parte de un plan avalado por el Ministerio de Economía, que autorizó la ejecución del proyecto. No obstante, sectores opositores y académicos criticaron duramente la decisión, alegando que no responde a las prioridades sociales del país.
Algunos historiadores consideran que el diseño no refleja adecuadamente la cultura local y sugieren alternativas más representativas, como un arco de triunfo. La oposición denuncia que, mientras la ciudadanía enfrenta necesidades básicas insatisfechas, se aprueban gastos simbólicos desconectados de la realidad. También se cuestiona el uso de fondos que, según los críticos, podrían destinarse a salud, educación o infraestructura esencial.