Según Vaesken, se habrían incluido especificaciones técnicas que favorecen a una sola empresa, sugiriendo que el proceso estaría direccionado.
El legislador señaló a Hermann Weisensee como el supuesto “cerebro” detrás de las licitaciones, pese a no tener vínculo contractual con el ministerio.
Además, denunció un sobreprecio de más de G. 2.000 millones, dinero que podría haberse destinado a reparar aulas o comprar computadoras y útiles escolares. El ministro Luis Ramírez fue convocado a dar explicaciones, pero no asistió.