Desde hace algunas semanas, los uruguayos deben elegir entre consumir una solución salina imposible de tragar que sale de los grifos o comprar agua embotellada y racionarla entre los integrantes de sus familias.
Tres años consecutivos de sequía y las pocas lluvias en la región, ocasionaron que la República Oriental enfrente la peor crisis de agua dulce de los últimos 70 años. Hasta el momento, las autoridades garantizan el suministro del líquido vital, pero no descartan su importación si la situación no mejora.
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