Según el relato del suboficial a sus camaradas, compartido por el comisario Feliciano Martínez, director de policía de Alto Paraná, la discusión comenzó al regresar a casa tras comprar gas con su hija. En medio del altercado, el agente utilizó un arma de fuego de su propiedad —no reglamentaria— y realizó entre 11 y 12 disparos contra su esposa.
El suboficial alegó que su intención era matar a su esposa, pero no a su hija. Afirmó que la adolescente salió de su habitación al escuchar los disparos y “quedó en el ángulo de tiro”, recibiendo uno a tres impactos que le causaron la muerte. Los cuerpos fueron hallados a una distancia de uno o dos metros el uno del otro.
Familiares declararon no tener conocimiento de problemas previos en la pareja. Sin embargo, vecinos habrían sido testigos de hechos de violencia que nunca fueron denunciados formalmente.
La investigación fiscal está en curso, ya que se encontraron rastros de sangre en otro sitio de la casa, lo que abre la hipótesis de que la escena pudo haber sido “montada” por el suboficial para atenuar el impacto de un posible “doble feminicidio por razón de vínculo”. El comisario Martínez señaló que el testimonio del suboficial podría ser una simulación para mitigar el reproche en un eventual juicio.