A pesar de que el periodista estuvo recibiendo amenazas y hostigamiento, la única medida de seguridad que tiene actualmente es un policía colocado delante de la casa por disposición de la Fiscalía desde la madrugada del jueves. Benítez criticó esta medida, señalando que “no tiene sentido” y que es insuficiente, pues él solicitó una custodia personal que resguarde su vida.
Benítez enfatizó que la lógica y el sentido común indican que la protección debe extenderse también a los familiares cercanos que viven solos, como su madre. Lamentó que las autoridades no hayan respondido a sus peticiones, destacando que “no hay ninguna garantía”.
Preocupación en el Senado
Rafael Filizzola, presidente de la Comisión, manifestó que están “muy preocupados” por la integridad física de Carlos Benítez, razón por la cual fue invitado a la reunión, no solo para que comparta sus investigaciones periodísticas, sino también para ayudarle a obtener la protección estatal que necesita.
Filizzola subrayó la gravedad de la red que investigan, la cual implica mucho dinero en juego. Las investigaciones confirmaron la sospecha de las víctimas de que en este esquema —que involucra empresas de cobranza, casas de crédito y casas de electrodomésticos— se encuentran personas con antecedentes por lavado de dinero involucradas como accionistas o aportantes de las empresas.
Las víctimas de esta mafia suelen ser personas vulnerables, como enfermeras jubiladas a las que les descuentan 2 millones de guaraníes de una jubilación de 3 millones.