El interventor Carlos Pereira reveló que la deuda acumulada solo en intereses de bonos asciende a G. 50.000 millones, a lo que se suman G. 817.000 millones por la colocación de estos instrumentos, además de deudas comerciales, con contratistas y una millonaria deuda con la caja de jubilados municipales.
Ante esta sostenida falta de pago, la calificadora de riesgos Solventa Riskmetrica ha bajado la calificación de la municipalidad a “B positivo sensible negativo”. Pereira expresó su preocupación por la amenaza de demandas internacionales por parte de abogados que representan a tenedores de bonos extranjeros.
Estas demandas no solo implicarían un millonario gasto, sino también un severo daño a la imagen de la Comuna y del país, afectando la percepción de confianza en plataformas como Bloomberg y en el mercado financiero internacional, lo cual sería muy difícil de revertir.
Actualmente, la Municipalidad busca una reestructuración de pasivos con tres bancos a quienes se les debe dinero y está intentando negociar un diferimiento de intereses con los bonistas para evitar las acciones legales. Sin embargo, la postura inicial de los acreedores ha sido que, si no se cancelan los pagos, “ni siquiera se puede mencionar una posibilidad de reestructuración”.