El motivo de esta situación o sentimiento no es que no quieran hablar, sino que prefieren tener tiempo para pensar lo que van a decir y poder añadir “emojis”, para describir mejor su postura sobre un tema específico.
Las redes sociales hacen que la comunicación juvenil sea rápido y ágil sin la necesidad de escuchar la voz del otro en tiempo real, para eso se usa WhatsApp y para llamar la atención visual de un joven está Instagram. Al llamar uno será ignorado “con estilo”.
Ideas frecuentes entre los jóvenes son: "¿Por qué me llama si puede escribir?” o preguntas sobre si pasó algo grave como "¿Qué pasó? ¿Murió alguien?”. La llamada telefónica se reserva generalmente para casos específicos, como atender al delivery o para cancelar algo. Esta preferencia no es una falta de respeto, sino simplemente otra forma de comunicarse, que ofrece más control y menos improvisación.