La señora Piris Damota relató que, tras caminar unos 50 metros de su casa, observó a dos motociclistas acercándose y sintió la certeza de que eran delincuentes. Uno de ellos, el acompañante, descendió de la moto y la atacó directamente.
A pesar de no notar un arma, la víctima decidió resistirse, sujetando del brazo al delincuente para evitar que le robara su cartera con el celular y documentos. Como consecuencia, el asaltante la arrojó violentamente al suelo, dejándola golpeada y adolorida.
Las imágenes de una cámara de seguridad vecinal capturaron la crudeza del asalto. Aunque gritó con intensidad pidiendo ayuda, nadie acudió hasta que los delincuentes ya habían huido en la moto. Tras el robo, su tarjeta quedó bloqueada, y ella se sintió completamente desprotegida.
Antonia Piris Damota realizó una dura crítica a la situación de inseguridad, responsabilizando directamente a los gobernantes, la fiscalía y los juzgados por la impunidad reinante.