Este sector, que supuestamente había sido “recapado” (repavimentado), quedó inconcluso, sin una gota de pintura y con un “enorme desnivel” a mitad de la nada, convirtiéndose en una “trampa mortal” para los automovilistas.
La ruta llevaba casi tres años sin señalización. Los jóvenes, preocupados por la falta de seguridad vial, se organizaron inicialmente para exponer el estado de abandono en redes sociales, pero la ciudadanía se sumó con donaciones de pintura especial, rodillos, aguarrás y otros materiales.
Sin contar con maquinaria ni herramienta especial, y operando con “mucha voluntad y entrega”, los jóvenes lograron señalizar casi 6 kilómetros de la ruta (lo que implica pintar cerca de 12 km al considerar ambos lados).
Un miembro del grupo destacó que realizaron 7 kilómetros en menos de 4 horas, un trabajo que la ciudadanía común pudo completar, mientras que las autoridades no lo hicieron en años.
Durante la tarea, contaron con dos vehículos de apoyo, incluyendo una ambulancia y un vehículo de rescate, para dirigir el tránsito y garantizar la seguridad.