Aunque Cabrera defendió a sus “neposobrinos” alegando que realizaban “trabajos remotos” como “gacetillas y flyers” sin necesidad de presencia física en el Palacio Legislativo, no mostró “ni una orden de trabajo, ni el formulario 16, ni ningún otro documento” que respaldara sus afirmaciones.
El presidente del Congreso, Basilio Núñez, quien prometió entregar documentación a la Fiscalía, calificó el caso como una “interna liberal”, intentando restar seriedad a la denuncia.
A pesar de que senadores como Celeste Amarilla y Ever Villalba impulsan un pedido de pérdida de investidura, la iniciativa enfrenta dificultades. Los opositores “reconocen estar siendo muy amenazados por el cartismo”, quienes buscan “inventar casos” y “quitar bancas”.
Algunos legisladores se resisten a firmar el pedido, argumentando que no se debería pedir la pérdida de investidura “sin una condena judicial” que respete el debido proceso. Además, se percibe un “trabajo a dos o tres puntas” por parte del oficialismo que estaría afectando la recolección de las 11 firmas necesarias para la presentación del pedido.
A pesar de estos obstáculos, la senadora Celeste Amarilla manifestó su firmeza, declarando: “No me voy a arrodillar” y “no me van a sacar mi dignidad y mi voz”, mostrando la determinación de la oposición de seguir adelante con la elaboración del documento, que ya cuenta con ocho firmas y se espera presentar la próxima semana. La posible devolución de los más de 200 millones de guaraníes cobrados por los sobrinos está en manos de la fiscalía.