En julio del año 2024, un vuelo rutinario terminó en un dramático secuestro aéreo. Los pilotos Edgar Noceda (48) y José Augusto Pérez (42) fueron sorprendidos por criminales armados durante el traslado de una caja fuerte de 500 kilos. Obligados a desviar la aeronave hacia Bolivia, vivieron momentos de extrema tensión y peligro.
El coronel retirado Noceda intentó alertar a las autoridades con maniobras aéreas inusuales, pero sus señales no fueron recibidas. La falla en los sistemas de seguridad generó fuertes críticas e indignación en el sector aeronáutico.
Tras un aterrizaje forzoso en una estancia de Paraguarí, la policía logró intervenir. Los pilotos fueron liberados, aunque inicialmente detenidos bajo sospecha de complicidad.
La investigación posterior llevó a la captura del secuestrador brasileño Newton Sergio Díaz. El caso dejó en evidencia la vulnerabilidad del espacio aéreo paraguayo y las secuelas psicológicas en los pilotos.