Monseñor Valenzuela explicó que la homilía del 8 de diciembre refleja las necesidades y preocupaciones de los fieles, y que la Iglesia busca escuchar y responder a los problemas que afectan a las comunidades, como la salud, la educación, la inseguridad y el empleo.
A pesar de haber concluido recientemente un tratamiento médico en San Pablo, el obispo hizo todo lo posible por estar presente en la Misa Central. “Yo tengo que estar para el ocho”, aseguró, resaltando su compromiso de acompañar a los peregrinos y brindarles cercanía y apoyo en su camino de fe.