El análisis hecho por Opama a los datos del sistema de billetaje electrónico demuestra que los pasajeros fantasmas son de uso generalizado. De acuerdo a la revisión, desde enero 2022, a marzo 2023, los falsos pasajeros pagaron 2.400 millones, realizando más de 15.000 viajes.
Este esquema de “pasajeros fantasmas” está directamente relacionado con las reguladas, ya que el sistema no puede diferenciar al bus que sí lleva pasajero del que está vacío.