Cada año, este pesebre se convierte en un espectáculo visual que evoca el espíritu navideño y atrae a miles de personas que viajan solo para poder observar su majestuosidad. No es solo el tamaño lo que lo hace especial, sino también la dedicación y la autenticidad.
Desde hace dos semanas, pobladores y turistas de todo el mundo ya pudieron apreciar nuevamente las impresionantes figuras. San José mide 17 metros; la Virgen María 10 metros; el Niño Jesús 3,5 metros, y los tres Reyes Magos: Melchor, Gaspar y Baltasar miden 11, 15 y 16 metros cada uno respectivamente.
Los materiales cuidadosamente seleccionados y la atención a los detalles hacen que cada figura luzca de una manera única. El pesebre gigante no solo rompe récords, sino que también crea un vínculo especial entre la comunidad y el espíritu festivo.
Así, año tras año, esta majestuosa obra no solo se erige como un ícono navideño, sino también como un testimonio de la habilidad artística para llevar la magia de la Navidad a dimensiones inimaginables.