21 jun. 2025

Un chofer absolutamente descontrolado

Un episodio de violencia se desató en la avenida Manuel Ortiz Guerrero, que conecta las ciudades de Ñemby y San Lorenzo, cerca de las 10:20 de la mañana. El incidente involucró a dos colectivos de transporte público, específicamente de la Línea 26 y la Línea 2.

Screenshot_1.png

Según relatos de testigos y usuarios del transporte público a la Policía Nacional, el altercado fue precedido por lo que comúnmente se conoce como “carreras” entre colectivos. Aparentemente, el conductor de la Línea 2 intentó cerrarle el paso al conductor de la Línea 26, con quien comparte itinerario, en un intento por evitar que este último recogiera pasajeros. Usuarios también comentaron que “siempre pasa eso, juegan carrera y lo que llegan primero es lo que ganan”.

La situación escaló cuando uno de los vehículos intentó rebasar al otro por la banquina, del lado derecho de la calle. En medio de esta maniobra, el conductor de la Línea 2 cerró el paso al otro bus y también dañó parte de uno de sus espejos. Fue entonces cuando el conductor de la Línea 2 tuvo una reacción “completamente fuera de sí". Bajó del colectivo y, con un martillo, comenzó a golpear el parabrisas de la otra unidad.

Las imágenes capturaron la “manera brutal en que este hombre golpea el parabrisas” La reacción violenta del conductor de la Línea 2 tuvo una contraparte. El conductor de la Línea 26 tomó “un cascote, una piedra gigante” que estaba al costado de la calle y la lanzó por el abdomen del conductor de la Línea 2. Este último resultó herido tras el impacto de la piedra y posteriormente reportó la situación a la Policía Nacional.

VER MÁS:
El juicio oral por el brutal asesinato de María Ramona Cardozo, una mujer embarazada de 8 meses cuyo cuerpo fue hallado calcinado y descuartizado en el cerro Cristo Rey de Caacupé, fue pospuesto. La familia, que exige justicia desde hace dos años, expresó profunda indignación ante la suspensión.
Un grupo de empleados de una boca de cobranza en Pedro Juan Caballero logró frustrar un asalto al encerrarse en una habitación de seguridad, obligando a los delincuentes a huir del lugar.
Un catequista de 29 años fue condenado a prisión preventiva, acusado de ser culpable del abuso de al menos seis menores. Los terribles hechos, según el acta de imputación del Ministerio Público, datan del año 2022 al 2024.