La señora Peralta Martínez, quien reside en Roma desde 1981, tuvo la oportunidad de hablar con el Cardenal Adalberto Martínez el domingo posterior a su última misa. Según relató, el cardenal se mostró muy tranquilo y muy cauto en general respecto a la elección. Aunque ella intentó obtener alguna pista sobre su candidato preferido, no lo consiguió, y de hecho, nadie sabrá jamás cómo votó.
La mujer describió cómo se siente tener un familiar que podría ser electo papa, destacando que el cardenal estaba sereno y tranquilo. La conversación también tocó las curiosidades y rigideces del proceso de elección papal. Se hizo hincapié en la estricta norma que obliga a todo cardenal que no haya sido electo a guardar silencio de por vida sobre lo ocurrido dentro de la Capilla Sixtina durante el cónclave. Romper este secreto tiene como castigo la excomunión de por vida.
Vivir en Roma, una ciudad llena de periodistas de todo el mundo, ofrece una perspectiva cercana a este proceso. Martínez mencionó que no todos los cardenales hablan sin problema con la prensa. Relató un episodio en el que ayudó a periodistas de Panamá que no hablaban italiano a conectar con el cardenal, quien accedió a hablar con ellos.
La familiar del cardenal Martínez subrayó que hablar sobre esta realidad es hacer partícipe a la gente de un momento importante que vive la Iglesia y el mundo.