El monseñor enfatizó la eterna posibilidad del cambio personal, preguntando si Dios no perdonaría a quien promete ser justo, dejar de ser corrupto y no ser ladrón, citando el ejemplo de que Dios perdonó a un delincuente. Para Giménez, “siempre es posible la conversión”.
Giménez también hizo una autocrítica y una sugerencia de estrategia para la Iglesia Católica. Pidió que la conversión y la evangelización comenzaran por parte de la Iglesia y los Católicos en particular, promoviendo una “evangelización temprana”. Según su homilía, es difícil lograr el cambio en aquellos que ya están establecidos o en posiciones de poder, por lo que este esfuerzo debe empezar pronto.
Sin embargo, el fervoroso llamado al perdón y al arrepentimiento generó comentarios críticos sobre la sinceridad de las figuras públicas que profesan la fe.
Se ha sugerido que el político que más menciona a Dios es a menudo considerado uno de los más hipócritas. El problema radica, según el comentario, en que son ellos “los primeros que se arrodillan frente a todo el mundo para las cámaras, para la fotografía,” pidiendo perdón. A pesar de estas demostraciones públicas, el punto crítico es que “después reinciden”.
La homilía dejó así planteado el dilema entre la posibilidad definitiva de la conversión, defendida por monseñor Giménez, y la recurrente hipocresía observada en aquellos que buscan el perdón público sin un cambio genuino.
📌El monseñor emérito de Caacupé, Claudio Giménez, pidió a corruptos arrepentirse. Ocurrió en la homilía del domingo.
— Telefuturo (@Telefuturo) November 24, 2025
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