La zona es descrita como muy oscura y lamentablemente afectada por la adicción, lo que lleva a los vecinos y familiares a creer que el atacante podría ser un adicto o “chespi”.
La víctima, que esperaba el colectivo de la Línea 56, fue interceptada y atacada por un delincuente que la tomó por sorpresa.
El agresor la violentó, la echó al suelo, y le robó su cartera, la cual contenía 250.000 guaraníes, y su celular. La mujer sufrió golpes y lesiones, y vive con un gran temor a volver a salir sola a la calle en la madrugada para esperar el transporte.
El circuito cerrado disponible hasta el momento no permite identificar claramente al atacante debido a la falta de iluminación.