Conocido no solo por sus demoledores golpes sino también por sus pasadas adicciones a diversas sustancias, Tyson confesó en un podcast que inició el consumo de este analgésico durante su carrera deportiva para tratarse una lesión en el dedo del pie.
Lo que comenzó como un intento de cura, rápidamente derivó en una peligrosa dependencia. Tyson describió el fentanilo como “mucho más potente y peligroso que la heroína”, destacando los severos efectos de abstinencia como dolores de cabeza, vómitos y una intensa necesidad de consumir.
El exboxeador afirmó que hasta el día de hoy sigue lidiando con las secuelas de esta potente droga, un analgésico que, si bien es visto para mitigar el dolor, está causando una grave dependencia no solo en jóvenes sino también en deportistas.