Los padres estaban separados, y aparentemente el hombre no aceptó la ruptura de la relación, la madre se sorprendió cuando el padre irrumpió en su vivienda el domingo. Los cuerpos fueron encontrados en una casa deshabitada en la zona de Ñeembucú, un lugar que el padre conocía porque habían vivido allí hace unos años. Un familiar del hombre fue quien realizó el hallazgo y dio aviso a la policía. Ambos cuerpos se encontraban en avanzado estado de descomposición. Presentaban heridas de arma de fuego, y al menos tres armas fueron requisadas en el lugar como evidencia.
La presunción es que el padre mató a la niña y luego se autoeliminó. El alto grado de descomposición sugiere que esto pudo haber ocurrido el mismo día que la niña fue llevada. Se presume que el padre habría asesinado a su hija “en venganza contra la madre”. La investigación es incipiente y está a cargo de los fiscales David Cabral y Federico Solano de Ñeembucú. Se esperan estudios en la capital para determinar con mayor precisión lo ocurrido. Existe consternación en el lugar y se cuestiona si se aplicó el protocolo adecuado por parte de la Policía Nacional cuando la madre realizó la denuncia de la desaparición. La niña tenía otros dos hermanos, la comunidad está de luto a raíz de este trágico desenlace.