La liberación generó reacciones en la familia Argaña. En diálogo con Radio Monumental, Jesús Argaña, hijo de la víctima, afirmó que en cuanto a Rojas, “la herida cicatrizó”, ya que la justicia cumplió su papel al imponer la pena máxima dentro del marco legal. Sin embargo, la familia sostiene que la verdadera herida continúa abierta, debido a que la autoría intelectual y moral del crimen aún no ha sido esclarecida, a más de 26 años del magnicidio.
Jesús Argaña reiteró que el único responsable intelectual, a su entender, fue Lino César Oviedo, a quien dijo nunca haber perdonado. También manifestó su rechazo hacia el expresidente Nicanor Duarte Frutos, por haber permitido —según señaló— una “reivindicación social” de Oviedo, al facilitar su retorno a la política y su candidatura presidencial mediante un pacto de no agresión con fines electorales.
Argaña hijo recordó que su padre estaba “a un paso de llegar a la Presidencia” y describió a Oviedo como “un personaje oscuro de la política”, con antecedentes de golpismo, narcotráfico y violencia. Afirmó que el temor de Oviedo ante la figura firme y legalista de Luis María Argaña lo habría llevado a ordenar su asesinato “por una cuestión de supervivencia política”.