Nacido en Chicago, de padres de origen francés y español, Prevost tiene una fuerte conexión con América Latina: vivió y sirvió durante cuatro décadas en Perú, donde fue obispo.
De carácter sereno y humilde, se destaca por su bajo perfil. No ha concedido entrevistas y no genera rechazo en ningún sector eclesiástico, lo que habría facilitado su consenso en el Cónclave.