Según relató, el rodado había sido trasladado hasta la dependencia policial para su resguardo, pero al acudir días después para retirarlo, se llevó la desagradable sorpresa de que varias piezas habían sido robadas, entre ellas las ruedas, el motor y otras partes esenciales.
El joven afirmó que su motocicleta estaba prácticamente intacta cuando fue incautada, y expresó su indignación al señalar que el hecho habría ocurrido dentro del predio policial, donde se supone que los bienes deben estar protegidos. “Tenía ganas de llorar”, lamentó.
El joven, que es el único sustento de su hijo de un año y cinco meses, valoró las piezas robadas en aproximadamente G. 800.000 a G. 1.000.000, y exige una investigación exhaustiva para esclarecer el hecho.
Desde la Policía Nacional aseguraron desconocer lo ocurrido y recomendaron al denunciante presentar una denuncia formal ante el Ministerio Público, a fin de que se identifiquen a los responsables. Mientras tanto, el caso genera indignación en redes sociales y entre los vecinos, que cuestionan la falta de control y transparencia dentro de las propias dependencias policiales.