Lo que comenzó como una agresión inicial sin advertencia entre dos alumnas, rápidamente escaló hasta involucrar a aproximadamente diez alumnos de la misma institución.
La agresión fue interrumpida por un docente que, alertado por los gritos desde la otra cuadra, salió para ver qué estaba pasando y “les gritó que paren con lo que estaban haciendo”. Posteriormente, este mismo docente fue quien realizó la denuncia en la comisaría.