La travesía que terminó en tragedia ocurrió el 21 de agosto pasado. La embarcación, que transportaba a Rojas y a tres compatriotas, fue embestida por una ola gigantesca que la partió en cuestión de segundos, dejándolos a merced del mar abierto.
Rojas logró sobrevivir durante 39 horas aferrado a unas piedras y gracias a su traje térmico de buzo. Pudo nadar durante al menos 24 horas seguidas, enfrentando incluso el ataque de un lobo marino. Paradójicamente, otra ola monstruosa terminó arrojándolo a tierra firme.
Para resistir el frío y la hipotermia en la costa, tuvo que improvisar, bebiendo agua de lluvia, envolviendo sus pies con pastos secos y orinando dentro de su traje para mantenerse caliente. Atribuye su supervivencia a sus oraciones y a la fuerza que le dio pensar en su hijo de 7 años.
Tras ser localizado por pescadores, Rojas pide ahora ayuda a las autoridades paraguayas. Solicita al Gobierno y a los diputados que no abandonen la búsqueda de sus tres compañeros, ya que está convencido de que aún están vivos. Mencionó que las familias están sufriendo y actualmente están costeando búsquedas particulares con altos gastos en el arrendamiento de lanchas y combustible.