Más de 170 alumnos de una escuela pública en Jaguarete Forest enfrentan el invierno dando clases a la intemperie, resguardados solo por una fogata encendida. El centro educativo perdió más del 50% de sus aulas por el colapso de una estructura de madera deteriorada. Desde entonces, los niños estudian entre cartones y plásticos, sin techo ni paredes, en condiciones de extrema precariedad.
La profesora Nora Martínez y el director Sixto Lezcano acompañan cada jornada esta lucha silenciosa por el derecho a la educación. Padres de familia colaboran improvisando aulas con los pocos recursos disponibles. La comunidad educativa exige al Estado una respuesta urgente ante esta dramática situación.
La consigna que repiten es contundente: “Aulas dignas y urgentes”. La frase “La educación no puede esperar” se ha vuelto el grito común del reclamo. Las imágenes de los niños junto al fuego conmovieron a la opinión pública.
Docentes denuncian que otras escuelas sí acceden a mobiliario adecuado, mientras ellos son olvidados. La urgencia es clara: estudiar no debe ser un acto de resistencia.
📌 #Noticias | Educación: Alumnos obligados a dar clase fuera de aulas.
— Telefuturo (@Telefuturo) July 2, 2025
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