Según el proyectista, la aplicación de medidas similares en otros países resultó en un incremento de la productividad del 37%. Oviedo defiende que la reducción de horas no solo beneficia a las empresas, sino que principalmente mejora la calidad de vida del trabajador. Argumenta que tener más tiempo libre permitiría a las personas dedicarse a actividades como el esparcimiento, el deporte, o compartir más con sus familias.
Además, sostiene que fomentaría la economía al abrirse nuevos tipos de negocios, promover el teatro, el cine y actividades deportivas.
El proyecto contempla posibles escenarios de aplicación, como una jornada laboral que inicie a las 7 de la mañana y concluya a las 13:40, o establecer 8 horas corridas de lunes a viernes para tener el fin de semana completamente libre.
Sin embargo, el debate mostró posiciones encontradas, similar a discusiones anteriores como la del Código Laboral y la jornada de 8 horas diarias. El sector patronal, representado por la Federación de Mipymes a través de Luis Tavella, expresó su oposición.
Los empresarios solicitan que, antes de discutir la reducción de horas, se resuelvan problemas que consideran más urgentes y que afectan directamente a los trabajadores, como el pésimo transporte público y la inseguridad. Tavella ejemplificó el impacto del transporte público mencionando que muchos de sus empleados tardan entre 4 y 4 horas y media en el viaje de ida y vuelta al trabajo, incluso si viven relativamente cerca.