La víctima estaba saliendo de sus clases del décimo semestre y se disponía a subir a su vehículo cuando fue atacado por dos sicarios que se movilizaban en motocicleta. La camioneta recibió tres disparos en total.
Moral Centurión fue el militar clave que, en dos ocasiones, se opuso a recibir un soborno de 10 millones de guaraníes para ingresar un teléfono celular a la celda de Miguel Insfrán, alias “Tío Rico,” cuando este estaba recluido en Viñas Cué. La denuncia de Moral Centurión llevó a la condena de su superior, el coronel Luis María Belloto, y su esposa.
El hermano de la víctima, Víctor Moral, confirmó que este antecedente era el “nexo probable” del atentado y criticó a los efectivos militares por no haberle puesto custodia a su hermano.
El presidente en ejercicio, Pedro Alliana, condenó el sicariato y lo calificó como un “ataque directo de la delincuencia organizada contra el Estado paraguayo”.