Mientras Don Carlos guardaba sus pertenencias y cerraba su puesto, cuatro clientes seguían compartiendo frente al local. En ese momento, sujetos armados a bordo de dos motocicletas (motochorros) llegaron y comenzaron a asaltar a los clientes.
Don Carlos, al escuchar el grito de una de las víctimas, salió para intervenir y recibió un disparo que lastimosamente acabó con su vida. El balazo impactó en su abdomen.
La víctima fue trasladada a un centro médico, y su muerte fue confirmada un día después del asalto. La policía ya intervino en el caso e identificó a dos de los presuntos autores, quienes serían jóvenes del mismo barrio.
Los delincuentes abandonaron una de las motocicletas pero se llevaron tres celulares de los clientes. Don Carlos era muy querido por sus vecinos y familiares, y reconocido por su alegría.