Según el científico Thomas Watters, la Luna se está reduciendo lentamente con el paso del tiempo, lo que está causando arrugas en su corteza y también terremotos. Los movimientos sísmicos que provoca la contracción de sus capas son un riesgo para los futuros astronautas que lleguen en el 2026 y que buscan explorarla.
“Como una uva se arruga a medida que se encoge hasta ser una pasa, la Luna se arruga al achicarse”, indicó Watters en un comunicado. “Sin embargo, la diferencia de la piel de la uva, que es flexible, la de la Luna es rígida y se quiebra al achicarse formando fallas donde un segmento de corteza es empujado encima de otro”, agregó el experto.
El encogimiento de los planetas y sus satélites no es un tema nuevo a la que se enfrentan los científicos. La teoría más aceptada para explicar por qué los objetos espaciales se hacen pequeños es que sus núcleos están en un proceso activo de enfriamiento.
Los expertos alertan que la continua reducción lunar ha llevado a una notable deformación de la superficie en su región polar sur, precisamente en donde pretende aterrizar la misión Artemis III, la primera que llevará humanos a la luna en más de 50 años.