El pensamiento positivo inicia con el diálogo interno, ese flujo sin fin de pensamientos que no se manifiestan pero que recorren tu cabeza. Estos pueden ser positivos o negativos.
Si los mismos son negativos, es posible que tu perspectiva de vida sea pesimista, mientras que, si son positivos, tu sentido del vivir se volverá más vital. De hecho, algunos especialistas consideran que esto aumenta la expectativa de vida y da como resultado, también, que baje la tasa de depresión, entre muchas otras cosas.
Mirá el informe de “Vive la vida”: