En una parada de la zona de Luque, en Ñuazú, cerca del super viaducto, se constató que los viajes pueden durar entre una hora y hasta 2 horas y media. Este tiempo prolongado genera un cansancio diario que afecta la calidad de vida de los usuarios.
La mayoría afirmó que las reguladas son un problema permanente y que deben resignarse, ajustando sus horarios para poder cumplir con sus obligaciones. Algunos pasajeros con 30 años de experiencia usando el colectivo señalaron que no han visto mejoras significativas en décadas.
Los usuarios expresaron su deseo de recuperar el tiempo perdido para dedicarlo a la familia, al descanso, al deporte o al estudio. Por ejemplo, un ciudadano de Limpio comentó que su viaje de ida le toma aproximadamente 2 horas y media, mientras que la espera en la parada sigue siendo un problema constante para varias líneas.