El obispo de Villarrica, Miguel Ángel Cabello, quien presidió la homilía de este miércoles, fue contundente en sus términos al abordar la problemática de la salud pública, destacando que la salud integral es un bien común.
Enfatizó que la sociedad ya no puede “estar esperando un milagro para que la gente se cure o se sane”. Más bien, es responsabilidad de la sociedad cuidar de los enfermos, pero es un deber fundamental del Estado proveer de los insumos necesarios para garantizar la salud de la población.
El obispo lamentó la falta de inversión suficiente por parte de las autoridades para garantizar la salud pública. Sin embargo, sus palabras más duras se dirigieron a los negociados en materia de insumos y medicamentos.
Monseñor Cabello calificó el acto de enriquecerse aprovechándose de la necesidad de la gente como “injusto, cruel, criminal y abominable”.
Durante la homilía, el obispo subrayó que estar sano es parte de una vida plena y que todos merecen gozar de buena salud en Paraguay y en cualquier parte del mundo.
También abordó el rol de la familia y el Estado en la nutrición infantil. Dijo que es necesario que los padres se encarguen de mantener sanos a sus hijos desde la primera infancia, suministrándoles la alimentación y nutrición necesaria.
Al hacer alusión al programa ''Hambre Cero’’, el obispo recordó que el Estado tiene una obligación en este sentido. No obstante, expresó que el programa no basta y no es suficiente”, ya que beneficia en forma limitada solo a algunas instituciones educativas.
Por otro lado, el monseñor Cabello dedicó un capítulo especial de su homilía a la salud mental. Dijo que es necesario invertir más en proteger la salud mental de la población. Además, señaló la carencia existente en el país, urgiendo a conseguir más médicos e instituciones que se encarguen de esta área.
Misa del sexto día del novenario