Tras el reporte, se hicieron presentes en el sitio agentes de la Policía Nacional, el Ministerio Público y un médico forense, Ariel Escandriolo. En una inspección preliminar, solo se logró identificar el sexo de la criatura: se trataba de una pequeña niña. Por orden del fiscal, el cuerpo fue trasladado a la morgue judicial para la autopsia correspondiente.
Los resultados de la autopsia, realizada por la Dra. Rafaela Fernández en la Morgue Judicial, revelaron detalles aún más impactantes y dolorosos. Se confirmó que la criatura era una bebé recién nacida, con aproximadamente 38 semanas de gestación. Lo más crucial y determinante fue la conclusión de que la niña había nacido viva y había respirado, según lo confirmado por la expansión de sus pulmones, verificado con una placa radiográfica y la prueba hidrostática.
Lamentablemente, la autopsia también reveló la causa de su muerte: asfixia por compresión cervical externa, es decir, estrangulación con un lazo. La Dra. Fernández detalló que se encontró un cordón elástico de aproximadamente 2 mm, el cual presentaba cuatro vueltas alrededor del cuello de la recién nacida, dejando dos surcos dobles. “Es más que evidente que fue un homicidio por estrangulación”, afirmó la médica forense.