Según la cronología documentada por la unidad interna, el funcionario se presentó a trabajar por última vez el viernes 28 de mayo. El jueves 29 no acudió a su puesto en la penitenciaría regional de Coronel Oviedo, manifestando que debía asistir a una misa familiar. Al día siguiente, el viernes, regresó a la cárcel aproximadamente a las 07:30 de la mañana, marcó su registro de ingreso y retiró un vehículo de traslado de internos, alegando la necesidad de un mantenimiento adicional en el taller mecánico. Sin embargo, no registró su salida posterior a esto. Esta secuencia documentada por el reloj biométrico coincide con el tiempo de la desaparición y posterior crimen de María Fernanda.
Además de la cronología laboral, la investigación aborda un elemento que circuló como rumor: el pedido de un bidón de combustible. En ese sentido, el ministro de Justicia, Nicora, confirmó que, a través de la revisión minuciosa de los circuitos de videovigilancia, se observa en el estacionamiento a un compañero de trabajo que retira un bidón. Según información preliminar, esto ocurrió a pedido del funcionario investigado. El bidón fue extraído de la planta de tratamiento de efluentes de la penitenciaría, y podría contener cualquier tipo de líquido. La misma información preliminar sugiere que este bidón fue entregado posteriormente al funcionario fuera del establecimiento penitenciario.
El Ministro Nicora mencionó que no existe, hasta el momento, ninguna vinculación directa encontrada entre el padre del sospechoso o la madre, y el crimen de María Fernanda.
La información recabada por la Unidad Anticorrupción, que incluye la secuencia documentada y detalles ya fue compartida con el Ministerio Público y el Departamento de Investigación de la Policía Nacional de Coronel Oviedo.
El trabajo de la unidad interna del Ministerio incluyó visitas a la penitenciaría y a los padres de la joven para informar sobre las acciones y ponerse a disposición.