Una de las mujeres atacadas, identificada como Sandra, se encontraba cargando a su bebé de tan solo 8 meses. Sandra relató que el perro salió “de la nada” y la atacó mientras regresaba a casa.
La víctima hizo lo posible por proteger a la menor, cuyo llanto y gritos se escuchaban durante el ataque. Sandra logró proteger a su bebé, evitando que fuera alcanzada por los mordiscos. Sin embargo, ella resultó con mordeduras en las piernas, el muslo (cuarto) y el brazo.
Sandra logró salvarse al gritar pidiendo auxilio a una vecina para que le abriera el portón, ya que el perro seguía allí y estaba “en posición de volver a atacarme”.
Ante esta situación, las víctimas solicitan que el dueño del animal, una mascota de una familia local, se haga responsable y retire al perro del barrio. Las mujeres denuncian que el animal “prácticamente es el dueño de la cuadra” y que cualquier persona que pase por la zona se expone a ser atacada.