Este vehículo no es solo el escenario del crimen y el medio para el abandono del cuerpo, sino que su rastro está revelando importantes contradicciones en la versión de un sospechoso clave.
La “ruta del auto fantasma” comenzó en la madrugada, cuando Dimitri y su presunto cómplice robaron las chapas de un Toyota Runx en el barrio San Pablo y las colocaron en el Kia Cerato.
Este fue el mismo automóvil desde donde se abandonó el cuerpo de Dimitri en la calle O’Higgins, una segunda escena captada por cámaras de circuito cerrado. Finalmente, el vehículo fue abandonado en la calle San Martín, donde el presunto asesino fue visto tranquilamente subiendo a un colectivo de la línea 30.
La policía está analizando exhaustivamente las imágenes de circuito cerrado de distintos lugares y el sistema de GPS del automóvil, el cual cuenta con rastreo, para reconstruir la totalidad del trayecto.
Un elemento crucial en la investigación es la detención de Andrés Serafín Soloaga, un exfuncionario de la Cámara de Diputados. Soloaga inicialmente denunció el robo del Kia Cerato. Aunque él manifestó ser amigo de infancia de Dimitri y haber compartido con él horas antes del crimen, sus declaraciones ya presentan contradicciones notables.
Mientras Soloaga afirmó haberse encontrado con Dimitri y haberle entregado el vehículo recién a las 11:30, las imágenes de circuito cerrado muestran a Dimitri con el Kia Cerato ya en horas de la madrugada, cuando se robaron las chapas.
Esta disparidad entre su testimonio y la evidencia visual del recorrido del “auto fantasma” ha levantado las sospechas de la policía, llevando a la orden de su detención y la incautación de su teléfono móvil.