La bendición aérea se realizó desde un helicóptero de la Fuerza Aérea Paraguaya con el objetivo de que la patrona de Paraguay bendijera desde el cielo a “todo el pueblo” que asistió a la Misa Central.
Esta acción se ha convertido en una costumbre esperada por los fieles, quienes acuden a los alrededores del parque para observar el despegue y recibir la bendición antes de retirarse a sus hogares.
NOTA RELACIONADA: “Cuando la justicia no funciona, la armonía social se quiebra”
Una característica importante solicitada por el Monseñor es que las puertas del helicóptero se mantuvieran abiertas para que la bendición pudiera ser observada por los peregrinos desde tierra.
Antes de que la imagen partiera, Valenzuela agradeció la gran respuesta de la gente, señalando que muchas más personas de lo esperado llenaron la explanada de la basílica.