19 nov. 2025

¿Políticos metidos en el tráfico de oro?

El senador Eduardo Nakayama advierte sobre la existencia de una “mafia del oro” en Paraguay, que lleva años operando y estaría protegida por actores políticos y judiciales.

Screenshot_28.png

Tras la incautación de 22 kg de oro en el aeropuerto y las recientes detenciones, el senador señaló que estos hechos demuestran que, efectivamente, el oro se trafica desde Paraguay. Lo más grave de la denuncia es que esta mafia gozaría de “protección y blindaje político y judicial”.

Aún más, las informaciones que maneja Nakayama apuntan a que son los mismos políticos quienes están involucrados en la extracción de esta riqueza mineral. El senador mencionó que estos políticos involucrados serían regionales del Guairá, y también figuras regionales y nacionales tanto del Gobierno anterior como del actual.

Nakayama hizo un paralelismo con los casos de narcotráfico, exigiendo una investigación profunda para que no solo caigan “las mulas” o se incauten “las cargas”, sino que se llegue a los propietarios que lideran este esquema desde el país.

Finalmente, el legislador no descartó que haya legisladores, y gente del ejecutivo departamental y nacional, metidos en el esquema. Enfatizó que el oro es el metal más preciado de la Tierra y están sacando la riqueza mineral de Paraguay “sin rendirle cuentas a nadie”

VER MÁS:
El diputado liberal “Billy” Vaesken ratificó ante la Cámara Baja una denuncia sobre presuntas irregularidades en una licitación del MEC para la compra de materiales educativos y la impresión de libros.
Una investigación periodística del canal brasileño Record TV destapó un esquema criminal binacional que está cambiando por completo el negocio del cigarrillo “Made in Paraguay”. Lo que antes se introducía de contrabando desde nuestro país hacia Brasil, ahora se produce directamente en territorio brasileño, gracias a la alianza entre grupos criminales de ambos lados de la frontera.
Un breve sondeo en las calles reveló la difícil situación que enfrentan los usuarios del transporte público debido a las llamadas “reguladas”. Los pasajeros invierten un tiempo excesivo para llegar a sus trabajos y regresar a sus hogares, soportando largas esperas y retrasos constantes.