Según el relato de la familia, el pequeño ingresó al centro asistencial en buen estado y fue sometido a una intervención quirúrgica que, en principio, no presentaba mayores complicaciones. Sin embargo, tras el procedimiento, los padres aseguran que no recibieron información clara sobre su evolución hasta que finalmente fueron informados de su fallecimiento.
La madre del bebé manifestó entre lágrimas que su hijo “entró bien al quirófano” y que los médicos le aseguraron que todo estaba bajo control. No obstante, horas después del procedimiento, el personal médico les comunicó que el bebé había sufrido un paro cardiorrespiratorio. Ante la falta de explicaciones convincentes, la familia decidió denunciar el hecho, convencida de que existieron irregularidades en la atención y manejo postoperatorio.
A raíz de la denuncia, el Ministerio Público abrió una investigación para determinar las causas exactas del deceso. El fiscal interviniente ordenó el traslado del cuerpo del menor a la Morgue Judicial, donde se practicará la autopsia correspondiente. Asimismo, solicitó la revisión de los registros médicos, el listado del personal que participó en la cirugía y las grabaciones de las cámaras del quirófano.
Mientras tanto, el Hospital Militar dispuso la separación preventiva de dos médicos involucrados en el caso y anunció su plena colaboración con la investigación. El hecho generó una fuerte conmoción pública y reavivó el debate sobre la calidad de la atención médica en hospitales públicos. La familia del bebé exige justicia y sanciones ejemplares para los responsables, mientras la Fiscalía continúa recabando testimonios y pruebas para esclarecer lo ocurrido.