20 may. 2025

JUNIOR RODRÍGUEZ Y FÁTIMA ROMÁN SE CONFESARON CON ÁLVARO MORA

En “El último que apague la luz” hablaron de todo.

junior-y-fati-600x360.jpg

En el programa “El último que apague la luz” estuvieron como invitados Junior Rodríguez y Fátima Román. En diálogo con Álvaro Mora hablaron de todo un poco, con varios relatos que provocaron risas atrás de cámara, como el detalle de que Junior se pone “mimoso” cuando bebe champagne.

En otro momento, Mora le consultó a Fátima que pensaba de junior antes de conocerlo. “No lo conocí tanto tiempo atrás, le podía ver en televisión en radio, pero nunca fui seguidora suya”, aseguró Fátima. “Era una nena, tenemos 13 años de diferencia, cuando yo tomaba el biberón él ya farreaba”, alegó sonriendo.

“Cuando comencé a conocerle mejor comencé, comencé a tener el concepto de su persona, para mí él es el mejor del mundo”, señaló. “Es muy atento, muy caballeroso, muy amoroso, no me refiero a que regale cosas, sino el trato”, sostuvo.

En otro momento Junior expuso sobre su carácter. “Antes reaccionaba nomás, ahora calculo. Hay días que las mujeres están con su tema, y yo no tengo ese tema pero tengo mis días”, expresó.

El conductor también exploro más intimidades de las parejas. Consultó que es lo que le molesta a Junior de Fátima. “Da muchas vueltas para salir, yo en dos minutos estoy”, dijo éste sonriendo. “Ustedes no se maquillan”, aclaró Fátima. Ya casi al final Álvaro consultó si una persona ofrece un millón de dólares por acostarse con Fátima si aceptaría.

Junior respondió que solía ser una persona materialista pero con el tiempo entendió que el dinero no es todo en la vida. Luego, en relación a la pregunta dijo: “Una sola noche imposible, porque se va a enamorar de ella”.

VER MÁS:
Esta noche tendremos una apasionante jornada de eliminación entre dos voces increíbles, solo una artista tendrá la chance de seguir llamándose Selena.
Visitamos la casa del artista, Agustín Barbosa, ubicada en el barrio General Díaz de Asunción. La casa está en este lugar desde aproximadamente 1930.
En las últimos tiempos un cambio significativo se produjo en la forma en que los jóvenes se comunican. Lo que antes era normal, hablar por teléfono, para muchos jóvenes hoy es sinónimo de ansiedad.