El siniestro comenzó cerca de las 10:45 tras una fuerte explosión registrada luego del restablecimiento de la energía eléctrica. El fuego se inició en el depósito trasero, donde estaban almacenados unos 10.000 kilos de cloro y derivados.
Debido a la reacción química, el incendio fue catalogado como “incontrolable” y requirió el uso de dióxido de carbono para neutralizar las llamas, ya que el agua no era suficiente.
Las autoridades establecieron un perímetro de aislamiento de 200 metros y evacuaron a más de 30 personas, entre empleados del local y obreros de una construcción cercana.
Dos trabajadores resultaron afectados por la inhalación del humo, mientras varios bomberos sufrieron irritación ocular por la exposición. Desde la Municipalidad señalaron que desconocían la enorme cantidad de químicos almacenados en plena zona residencial.