Las plataformas como redes sociales ofrecen trazabilidad, lo que facilita el seguimiento de amenazas, es por ello, que enfatizamos en crear un espacio donde los jóvenes se sientan seguros para denunciar situaciones difíciles, mientras que los padres deben naturalizar estas conversaciones e involucrarse más en la vida emocional de sus hijos.
Además, subrayamos la relevancia de una colaboración efectiva entre padres y colegios para asegurar el bienestar de los estudiantes y la implementación de acciones ejemplares contra los agresores.
La falta de comunicación entre estas partes puede crear una “grieta” que dificulta la detección y resolución de problemas, afectando el desarrollo sano de los niños y adolescentes.