Por lo general, detectar que un vino está picado resulta relativamente sencillo, sobre todo si la oxidación del vino está muy avanzado. En estos casos, el olor a vinagre resultar muy evidente y podremos descartar el vino sin ningún tipo de dudas.
Sin embargo, cuando la acetificación del vino es aún leve, puede que no lo tengamos del todo claro. Por ello, te mostramos a continuación una serie de pautas y consejos que nos servirán de ayuda para detectar un vino picado, tanto antes como después de abrir cada botella:
1. Detectar un vino picado a través de la vista
Una vez abierto el vino, la mejor manera de detectar defectos visuales que apunten a que el vino está picado es servirlo en una copa y observarlo bien. En los vinos tintos apreciaremos una pérdida de intensidad de los rojos, así como la aparición de tonos anaranjados y ocres, mostrándose el vino turbio y falto de vida. Es posible incluso que pueda aparecer un fino velo sobre la superficie del vino una vez que la copa está parada.
2. Detectar un vino picado a través del olfato
El olfato, por su parte, debería darnos claras pruebas de que un vino está picado, ya que en los casos de oxigenación avanzada el aroma a vinagre resulta evidente y desagradable.
3. Detectar un vino picado a través del gusto
Llegados a este punto, es muy posible que ya tengamos un juicio bastante afinado de si el vino está picado o no. Nuestro sentido del gusto nos servirá generalmente para ratificar lo deducido en los pasos anteriores. Un vino picado tendrá un marcado sabor a vinagre: ácido, agrio, acre, áspero y rancio.
Santa Helena, elaborado con dedicación desde 1942.