A la pésima infraestructura se le suma la falta de almuerzo y merienda escolar para los chicos que, en su mayoría, son indígenas de las diferentes comunidades de la zona. Los padres y docentes lamentan que desde hace años están abandonados por el Estado.
Uno de los profesores comentó que cada vez que pueden envían notas al Instituto Paraguayo Del Indigena (INDI), a la Municipalidad y a la Gobernación, pero nunca pasa nada. Dijo que siempre le dicen que remitirán la solicitud al Ministerio de Educación, pero queda cajoneada.
“Nuestra escuela ya se está cayendo, no hay electricidad. Cuando llueve no tenemos clases. Más de 20 años que estamos pidiendo ayuda”, lamentó.
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